No dejes que la tos de tu hijo se complique, en esa ocasión te comparto algunos remedios caseros que te ayudarán a calmar este malestar en tus hijos.
Los resfriados y la tos son comunes en los niños pequeños, la exposición a los gérmenes y su lucha ayudan a desarrollar su sistema inmunitario. El tratamiento debe tener como objetivo mantener a tu hijo hidratado, relajado y durmiendo bien.
Algunos remedios caseros
Presta atención al sonido de la tos de tu hijo para elegir el mejor remedio casero y para que puedas explicarle adecuadamente la tos al pediatra. Por ejemplo:
- Tos profunda que sale del pecho.Es probable que se deba al flujo en las vías respiratorias.
- Tos tensa que sale de la parte superior de la garganta.Puede deberse a una infección e hinchazón alrededor de la laringe (caja de voz).
- Tos leve con olfato.Podría deberse al goteo postnasal de la parte posterior de la garganta de su hijo.
Gotas nasales salinas
Puedes comprar estas gotas nasales de venta libre en una farmacia. Utilizadas con una jeringa nasal o un soplo de nariz, las gotas salinas pueden suavizar el moco para ayudar a eliminarlo.
Siga las instrucciones del frasco para administrar las gotas nasales de forma segura.
Las gotas nasales salinas generalmente se consideran seguras y puedes aprovechar el hot sale bebés para adquirirlas a un precio mucho más bajo, además, puedes disfrutar de comprarlo en línea y recibirlo en tu domicilio.
Ofrecer fluidos
Mantenerse hidratado es especialmente importante cuando tu hijo está enfermo. El agua ayuda al cuerpo a combatir las enfermedades y mantiene las vías respiratorias húmedas y fuertes.
Una forma de asegurarse de que tu hijo esté recibiendo suficiente agua es pedirle que beba una porción entre 8 onzas o 0,23 litros por cada año de vida.
Por ejemplo, un niño de un año necesita un mínimo de una porción de agua al día. Un niño de dos años necesita dos porciones diarias.
Ofrecer miel
La miel es un edulcorante natural que puede ayudar a calmar el dolor de garganta. También tiene propiedades antibacterianas y puede ayudar a combatir las infecciones.
La miel no es segura para los niños menores de un año porque existe el riesgo de botulismo.
Para los niños pequeños mayores de uno, puedes dar una cucharada de miel tantas veces como quieras, pero ten en cuenta la ingesta de azúcar que viene con ella.
Eleva la cabeza de tu hijo cuando duerma
Los bebés menores de un año y medio no deben dormir con almohadas. Hacer que tu hijo se duerma con la cabeza en una o más almohadas puede ser difícil, especialmente es propenso a moverse mucho mientras duerme.
Otra opción, aparte de usar almohadas en la cuna o la cama para elevar la cabeza de tu niño pequeño, es intentar elevar un extremo del colchón. Puedes hacerlo colocando una toalla enrollada debajo de este en el extremo donde descansa la cabeza.
Sin embargo, debes preguntarle al pediatra antes de intentarlo.
Añadir humedad con un humidificador
Añadir humedad al aire ayuda a evitar que las vías respiratorias de su hijo se sequen y afloja el moco. Esto puede aliviar la tos y la congestión.
Cuando compres un humidificador, elige uno de aire frío. Los humidificadores de este tipo son más seguros para los niños y tan eficaces como los humidificadores de aire caliente.
Si es posible, utiliza agua purificada o destilada para ralentizar la acumulación de minerales dentro del humidificador.
Usar aceites esenciales
Estos productos a base de hierbas están ganando popularidad y algunos pueden ser eficaces para aliviar la tos o los dolores musculares cuando se aplican sobre la piel o se difunden en el aire.
Pero siempre habla con el médico antes de usar aceites esenciales. No todos son seguros para los niños pequeños, y la dosis no está regulada.
Los signos de que su hijo debería ver a un médico incluyen:
- Tos que dura más de 10 días
- Fiebre superior a 100,4 ̊f (38 ̊c) durante más de 3 días
- Dificultad para respirar
- Dolor en el pecho
- Músculos que se arrastran alrededor del cuello o la caja torácica al respirar
- Tirando de las orejas, lo que puede ser un signo deinfección de oído
